jueves, 2 de enero de 2014

A propósito de Llewyn Davis

Si me pones un cuchillo en el cuello y me pides el dinero que cuesta una entrada de cine acabamos antes. Me llena de insatisfacción volver después de una hora y cuarenta y cinco minutos en el cine de ver A Propósito de Llewyn Davis, un filme que no cuenta nada nuevo a todas esas personas que conocemos  a alguien interesado en dedicarse a la música como intérprete.



Así es, es triste pero cierto, y no sólo eso, sino que si empezamos a analizar minuciosamente la película, los planos no iban más allá de cualquier película decente que pueda dirigir cualquier entendido; el colorido igual, totalmente aleatorio; y vestuario y caracterización no tenían por donde fallar.

Podríamos decir que de los pocos aciertos que tiene es la banda sonora, y no por nada, sino porque las canciones son bastante bonitas, aunque no las he entendido muy bien, porque mi listening no es tan bueno con la música, y porque los subtítulos estaban situados tan abajo que no aparecían en la pantalla del cine.

La trama ha sido lenta y poco emotiva, me ha hecho pensar que la película es una especie de drama soso que te deja indiferente, porque, siendo un poco malo y spoileador, todo lo que pasa en la película es que el señor Llewyn Davis quiere dedicarse a la música y no consigue vender, además de otras penurias aleatorias que le rodean, y para colmo termina igual que empieza, sin añadir nada nuevo.

El reparto no ha estado mal, y con esto me refiero a que al menos los actores interpretaban bien su sosez, aunque John Goodman y Justin Timberlake están ahí como reclamo haciendo personajes sin sentido (especialmente Goodman, que es un cascarrabias epiléptico que sólo sale en un coche diciendo gilipolleces y luego le da un ataque, se queda sólo en el coche, y a saber qué le pasa).

Y llega el momento en el que intento reflexionar y pensar que algún mensaje, algo, alguna moraleja, algo que aprender. ¿Que hay que ser responsable y labrarse un porvenir? ¿Que cuando las cosas van mal siempre pueden ir peor? ¿Que la industria discográfica es cruel? ¿Que los cantautores folk son unos rompebragas?

¡Devuélvanme mis 2,50€ (bendito Cinesur y sus descuentos con la tarjeta 5) y mis 105 minutos!

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