sábado, 4 de enero de 2014

South Park [análisis general]

Recientemente he terminado un viaje retrospectivo en el tiempo que empecé en septiembre de 2013 y partía de 1997: he finalizado la visualización de las 17 temporadas de la serie americana de animación para adultos South Park.



Esta crítica puede ser grosera e irreal. Las expresiones malsonantes son pobres imitaciones. Debido a su contenido les aconsejamos que no la lean.


Diría que no me equivoco al decir que todos habéis visto alguna vez algún episodio de esta serie, y creo que nadie podría negar haber lanzado por lo menos alguna carcajada con sus personajes, su lenguaje o su violencia. Pues con este recuerdo de mi adolescencia me dispuse a empezar la serie desde cero, con una visión adulta y crítica, y por supuesto con muchas ganas de reirme de la brutalidad de sus personajes.

A rasgos generales, South Park es una mordaz autocrítica de la sociedad estadounidense y mundial y de los temas de actualidad. Una crítica atrevida y ofensiva, y sobre todo con un humor único, tan negro, escatológico, polémico, y sobre todo (válgame la redundancia) humorístico per se, que hace que tus ojos y tu boca se abran de par en par para que puedas así recibir mejor la dosis de realidad que pretenden transmitir. Los temas de actualidad son tratados de forma cruda y con sutiles matices en las opiniones de los personajes o claros simbolismos que inducen a la reflexión a cerca de grandes verdades tabú o secretos a voces.

¿Es Kenny tan pobre, Stan tan protagonista, Kyle tan judío, o Cartman tan gordo, hijo de puta, xenófobo, racista, clasista, antisemita y retrógrado? Si, lo son. Si hay algo más destacable que la perspicacia y lo mordaz de las críticas y el humor de South Park son sus personajes, quienes hacen de la serie lo que es, cumpliendo cada uno fielmente con su rol desde el principio hasta el final de la serie. Aún con esta fidelidad es observable una leve evolución en cada uno de ellos a lo largo de sus 17 temporadas, como Cartman dejando atrás parte de su infantilismo con el asesinato de sus peluches, o Stan y su apatía cuando todo lo que ve o escucha parece o suena a mierda.

Además de esto, es una serie llena de referencias, parodias de otros programas, de famosos y de películas que no dejan a nadie indiferente. Entre otras podemos citar a Tom Cruise en el armario, la violación de Indiana Jones, los piratas sirios, Mecha Babura Sutoreisan, Juego de Tronos, Batman/The coon, Pokemon/Chimpokomon, el programa de Oprah, el cambio de Miley Cyrus/Foofa y muchas más.
Foofa tras abandonar su programa infantil para lanzar su carrera en solitario
George Lucas y Steven Spielberg violando a Indiana Jones


Con el avance de las temporadas se nota no sólo el desarrollo de los personajes, sino también de la calidad de la animación y de la producción, producto del éxito de la serie y del desarrollo tecnológico acontecido en sus 17 años de emisión. Con todo esto, no abandona su simple estilo de animación en stopmotion con movimientos muy marcados y dirigidos a su acción pertinente.

La evolución de Mecha Babura Sutoreisan desde el episodio 12 al 201

No puedo pasar sin decir que algún capítulo me ha ofendido, y me ha ofendido más que un poco, concretamente capítulos completos (si cabe ser más concretos Chimpokomon y aquel otro en el que se burlan de la masacre de Hiroshima), aunque por otro lado, sería triste que no me hubiera ofendido ningún episodio, ya que se trata de una serie cuyo humor "pretende ofender a todos por igual, sin distinción o posicionamiento político".

Y es que la serie no deja hueco para que nadie se libre, atacando despiadadamente a la iglesia católica, a la cienciología, al islam, a las diferentes sexualidades así como a los cambios de sexo, e incluso las propias reacciones a su crítica por parte de los famosos o de la sociedad debido a su lenguaje ofensivo y a su humor violento y escatológico.

Tom Cruise ofendido por que lo llaman por lo que es, un Fudge Packer (empaquetador de chocolatinas/compresor de caca/marica)
Con todo esto, diría que un 80% de los episodios van a hacerte ejercitar el cerebro en referencia a numerosos temas sociales, y el 100% van a hacerte reir. No se pueden dejar pasar los grandes toques de humor en cada episodio, el gran entretenimiento que supone y ausencia de fecha de caducidad de su humor.

Screw you guys, I'm going home!

jueves, 2 de enero de 2014

A propósito de Llewyn Davis

Si me pones un cuchillo en el cuello y me pides el dinero que cuesta una entrada de cine acabamos antes. Me llena de insatisfacción volver después de una hora y cuarenta y cinco minutos en el cine de ver A Propósito de Llewyn Davis, un filme que no cuenta nada nuevo a todas esas personas que conocemos  a alguien interesado en dedicarse a la música como intérprete.



Así es, es triste pero cierto, y no sólo eso, sino que si empezamos a analizar minuciosamente la película, los planos no iban más allá de cualquier película decente que pueda dirigir cualquier entendido; el colorido igual, totalmente aleatorio; y vestuario y caracterización no tenían por donde fallar.

Podríamos decir que de los pocos aciertos que tiene es la banda sonora, y no por nada, sino porque las canciones son bastante bonitas, aunque no las he entendido muy bien, porque mi listening no es tan bueno con la música, y porque los subtítulos estaban situados tan abajo que no aparecían en la pantalla del cine.

La trama ha sido lenta y poco emotiva, me ha hecho pensar que la película es una especie de drama soso que te deja indiferente, porque, siendo un poco malo y spoileador, todo lo que pasa en la película es que el señor Llewyn Davis quiere dedicarse a la música y no consigue vender, además de otras penurias aleatorias que le rodean, y para colmo termina igual que empieza, sin añadir nada nuevo.

El reparto no ha estado mal, y con esto me refiero a que al menos los actores interpretaban bien su sosez, aunque John Goodman y Justin Timberlake están ahí como reclamo haciendo personajes sin sentido (especialmente Goodman, que es un cascarrabias epiléptico que sólo sale en un coche diciendo gilipolleces y luego le da un ataque, se queda sólo en el coche, y a saber qué le pasa).

Y llega el momento en el que intento reflexionar y pensar que algún mensaje, algo, alguna moraleja, algo que aprender. ¿Que hay que ser responsable y labrarse un porvenir? ¿Que cuando las cosas van mal siempre pueden ir peor? ¿Que la industria discográfica es cruel? ¿Que los cantautores folk son unos rompebragas?

¡Devuélvanme mis 2,50€ (bendito Cinesur y sus descuentos con la tarjeta 5) y mis 105 minutos!

Machete kills

Estamos de vuelta con un título un poco polémico a la hora de calificar, ya que Machete, como buena parodia de las películas de acción, es una película demasiado bien producida como para tomársela con el merecido cachondeo que requiere. Pero sin duda, una vez somos capaces de entender que estamos viendo una parodia exagerada y absurda, podremos disfrutar de la gran película de la que se trata: Machete Kills.



Como la última vez vamos a empezar con lo visual, una joya que disfrutar en esta película. Aunque los planos pierden excelencia comparada con la primera película, Machete Kills tiene unos magníficos contrapicados y planos generales. De igual forma, el colorido (al menos durante la primera mitad de la película y en algunos planos sueltos de la segunda mitad) está bastante cuidado, y es un orgasmo para los ojos. Los efectos especiales están muy conseguidos, incluso viendo la película en HD, aunque he de decir que ha habido mucha menos sangre de lo que esperaba.

La banda sonora es bastante adecuada, aunque no es demasiado destacable. Eso sí, en ocasiones me recordó mucho a la de Kill Bill Vol.2, pero no es tan buena.

La trama tiene un ritmo perfecto: no deja que te aburras en ningún momento porque siempre está pasando algo que no te quieres perder, y está tan llena de giros sorpresa (la mayoría absurdos y muy sorprendentes) que no querrías apartar la mirada ni perderte lo que dicen en un tramo de dos minutos, porque perderías el hilo de la película por completo.

El reparto es genial, lleno de cameos al igual que la primera, y esta vez incluyendo bombazos como Lady Gaga, Sofía Vergara o Charlie Sheen entre otros, y en su mayoría todos estos actores guardan en sus personajes un trocito de lo que ellos son de cara al público (Charlie Sheen como presidente de EE.UU. diciendo como golpe final de su discurso "for me winning is only the beginning" es muy grande).

En general, las escenas de acción son brutalmente buenas, y repito, teniendo en cuenta que se trata de una parodia de las películas de acción, y que las escenas no hacen más que parodiar la inverosimilitud de estas películas. La película goza de grandes escenas épicas, mencionando alguna, la persecución con Sofía Vergara, sus metratetas y sus secuaces, y Lady Gaga tras Machete. Nos deja bien claro que no sólo van a reírse de las pelis de acción, sino que también se suman a estas trilogías en las que la trama de la primera película es una cosa, y la de la segunda y la tercera están directamente enlazadas (véanse Millenium o Los Juegos del Hambre entre otras).

Una cosa mala si voy a decir, y es que el argumento se les ha ido de las manos. Aún entendiendo que se trata de una parodia; que la primera peli surgió de un trailer de broma, y que la segunda tuvo el mismo trailer en el que parodiaban las segundas partes sin sentido; e incluso que la tercera parte se anuncia en esta misma película con muchas pinceladas de Star Wars; Machete surgió como una exageración de las películas de acción en un ambiente sureño estadounidense y mexicano, y la cosa empieza a tomar unos tintes de ciencia ficción espacial, y esta transformación me parece demasiado enrevesada.

Más allá de todo esto, la película muestra cómo, aún siendo lo más grande, en muchas ocasiones hemos de tragarnos nuestro orgullo por los que nos importan; cómo debemos andar siempre alerta con lo que creemos que conocemos, y dar el beneficio de la duda a aquello de lo que desconfiamos. Pero sobre todo, si algo nos enseña esta película, al igual que su saga completa (confiemos en que la tercera seguirá siendo así) es que el cine de acción sólo sirve para reírse de él.